jueves, enero 18, 2007

Magia.


Y el día tan tranquilo se me escapa de las manos, como por arte de magia, como si todas estas horas no hubieran existido jamás. Yo… yo, yo y mierda de yo, que miro la ventana como una mosca encerrada, queriendo traspasar el vidrio. Sí, yo puedo, y la mosca no. Yo puedo abrir la ventana y tirarme y salir, muerta pero afuera. O puedo bajar las escaleras, abrir la puerta del departamento, bajar más escaleras (mis ojos se entrecierran, todavía hay un poco de claridad) y llegar a la puerta. Esa grande de vidrio y pesada. Pero le tengo miedo. Así que vuelvo corriendo y sigo mirando por la ventana. Pero no, me acuerdo de que no tengo cigarrillos, y ahí sí me animo a salir a comprar, pero no, tampoco, no fumará, querida, ¿quién se cree que es para salir por lo que le conviene? No, no, y no, así no son las cosas, ermitaña del segundo piso, fantasma computacional, flor marchita de plástico y medio podrida.

(Foto sacada por Rodrigo, cosa iluminada = yo)

miércoles, enero 10, 2007

Yo no.


Una vez más me desarmo en lágrimas. Me doy lástima, me quiero morir, me tiro del pelo, me araño, me aprieto, me lamento. Y no sé qué hacer.

Lo único que quiero hacer es estar en otro lado como sea.

Él me dejó sola una vez más. No me tuvo en cuenta, me desplazó. Me siento muy mal, quiero escribir y sale esto, una y otra vez esta mierda que me carcome la cabeza, la vida, el cuerpo, las ganas.

No tengo espíritu festivo, presiento que mi navidad va a ser más infeliz que la del año anterior, lo que significa que yo voy en picada.

Me doy asco, lástima, bronca, y si fuera otra persona, y no estuviese apegada a mí misma por estos 20 años que cargo conmigo me liquidaría sin contemplaciones. Si yo fuera otra persona le dispararía.

Belu.