
Añoranza del mar y sus formas pez sin nadar
Desgarrado.
Quietud de la noche en mi sexo
y el olor de la luna rancia sobre mí,
taza enferma sin colores
útero deprimido,
labios ácidos sin lengua
que no lamerá jamás los campos abiertos.
En mi memoria campos de concentración
alguna guerra y otro cuerpo,
alguien que no soy yo pero que se me parece demasiado,
eras vos ahí parado, y me invitabas a dormir, sin respirar.
Navaja en la tráquea,
tu voz y el cuchillazo en la frente, despertar
¿Dónde?
¿Qué encuentro sobre mí?
Tu cuerpo liquidado por el tiempo
¿Cuándo?
Hacéme dormir
en el seno que se esconde en mi espalda sin nacer.
Alimentáte con mis jugos,
son amargos porque sufren de vacío.
Y el viento es algo que no conocés cómo llora
de amor mi garganta.
Es el cielo poblado de plumas
lo que roza nuestros cuerpos inertes,
mi vientre dolorido tu lunar alarido en mi mente,
sólo necesito la certeza de poder ser
dolor en vos
dolor en mí.
El agua también cae dolorida.
Me desintegro en sus fauces
me rompo.
Falaz escombro de mi vida
falaz caída de vos en mis dientes.
Sonido hueco en mi alma
que sueña algo inconcluso,
muerta como un sapo
o el sol o la vida, ¿la vida qué es?
El camión sos vos, vos me aplastaste,
¿y la angustia cómo se llama?
Qué digo si lo que miro es mi llanto
mi sola nota desgarrando el silencio.
Las piedras entorpeciendo mi camino,
y todas las locuras del mundo contenidas en dos míseros pezones.
Presiona el agua sobre mis pulmones
desborda mi pleura de canciones heridas,
quiero renacer para asesinarte,
porque las heridas son profundas, y mi odio lo es aún más.
Quiero un papel para bordarte con suero otro traje
pero mi linaje de niñas puras ya se ha perdido.
Victoria y Belu.
(He vuelto, este fin de semana voy a visitar a absolutamente todos, no crean que me olvido de ustedes. Anduve colgadísima, muy muy muy muy)